Tal día como el 20 de julio llegamos al aeropuerto de Tenerife Norte con la ilusión de participar en el Campo de Verano 2014. De entrada, el lugar donde estaba ubicada la Granja Escuela me dio una idea de cómo iban a ser esas semanas; un lugar tranquilo, sin ruidos y donde se podía contemplar el mar a lo lejos.

Al día siguiente empezamos con las actividades y la distribución de los talleres.  He de decir que los primeros días conocimos a casi todo el mundo, éramos como una gran familia y más en el taller de audiovisuales, ya que nos toco la limpieza de la cocina y desde el segundo día ya éramos un equipo.

A lo largo de las distintas semanas fuimos afianzando el cariño entre todos a pesar de que estábamos trabajando duro.

Lo  que más costaba era madrugar por las mañanas, pero por lo demás me ha parecido una experiencia inolvidable donde he podido conocer a gente maravillosa de muchos sitios.

(Una participante del Taller de Audiovisuales)

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