Cada vez somos más y, cuanto más somos, más necesidades hay que cubrir.

DOMO – Campo de Verano «Ecoaldea» 2017

Necesidades de alimentación, de formación, de energía, de vivienda,… Pero también sabemos que no podemos crecer de manera infinita porque no hay espacio, los recursos que se necesitarían tienen un coste medioambiental  muy grande y, aunque sólo sea por conciencia, tenemos la obligación de empezar a ser más respetuosos con nuestro entorno y empezar a hacer las ciudades en las que vivimos lugares realmente adaptados para poder vivir de forma saludable.

El cambio no es fácil y, probablemente, no sea rápido, pero ya tenemos excusa para comenzar a intentarlo. Las técnicas de construcción más ecológicas ya están muy avanzadas, se ha demostrado su eficacia y se han descubierto beneficios, no solo medioambientales, sino beneficios para nuestra salud.

Ladrillo Ecológico – Campo de Verano «Ecoaldea» 2017

Estamos en un momento en el que podemos unir “materiales saludables” con el hecho de que el coste energético para su fabricación es muy bajo. Son técnicas de construcción antiguas pero que mejoran su rendimiento con los avances de la tecnología actual que garantizan los estándares de calidad que se exigen hoy en día.

Y, además, podemos mitigar uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, que no es otro que el consumo energético. Una vivienda construida según métodos de bioconstrucción puede reducir su impacto energético en un 70%

Se trata de ir aportando granitos de arena para, en la medida de nuestras posibilidades, luchar en contra del cambio climático y, si ya éste es inevitable, al menos no seguir sumando condiciones que lo favorezcan.

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